Ha pasado más de medio año desde la última vez que publiqué (excepto por el texto del bolsillo que lo colgué ayer, pero que no cuenta por ser una transcripción de los líricos de un tema que intenta ilustrar un poco algo de lo que comento líneas abajo) Regreso a desempolvar este espacio. A llenarlo de actualidad. Ya puedes asomarte otra vez por el ojo de buey. Ahora uso anteojos (hipermetropía y astigmatismo miópico...suena tremendo pero es bastante leve en realidad) Tal vez haya ganado algunos kilos gracias a la tendencia materna de sobrealimentarnos. ¿Por qué siempre nos ven a los hijos flacos y al borde de la desnutrición apenas nos alejamos de casa? ¿Será porque nos han visto rollizos de bebés?
Estoy cambiando de trabajo lo que me tiene bien y mal. No creo que necesite explicar esto. Nos pasa a todos cuando dejamos aquello a lo que estamos acostumbrados y nos enfrentamos a lo desconocido.
Tengo pocas pero contundentes metas para este año que llegó, empezó a correr y nos agarró a todos aún recuperándonos del anterior. “Con los pantalones abajo” dirían algunos.
Recuerdo que el último texto que estuve por publicar se llamaba “¡¡¡FUCK YOU FARC!!!!” y hacía una dura (ni modo que blanda) crítica a este grupete de mierda que tenía a Ingrid Betancout cautiva. Felizmente no lo terminé y la liberación de esta pobre mujer fue noticia titular y me sentí feliz. Nunca me había sentido tan feliz por alguien a quien no conocía personalmente. Hasta lloré, recuerdo. Y es que cuando una es madre y lee esta tristísimo carta que ella le escribía a sus hijos se le parte en mil el corazón (valga el cliché).
Cuatro gatos son los que han leído mis escasas publicaciones. Eso sí...adorables gatos. (¿Falta de marketing?) No me preocupa pues mis objetivos no son precisamente romper el record del blog más visitado. Me quedo contenta con los pocos felinos que son más críticos y exigentes que miles de lectores juntos.
Entonces, gracias gatos y bienvenidos a los nuevos visitantes.
Good vibrations for everyone!!!!!!!!
Miau!
Estoy cambiando de trabajo lo que me tiene bien y mal. No creo que necesite explicar esto. Nos pasa a todos cuando dejamos aquello a lo que estamos acostumbrados y nos enfrentamos a lo desconocido.
Tengo pocas pero contundentes metas para este año que llegó, empezó a correr y nos agarró a todos aún recuperándonos del anterior. “Con los pantalones abajo” dirían algunos.
Recuerdo que el último texto que estuve por publicar se llamaba “¡¡¡FUCK YOU FARC!!!!” y hacía una dura (ni modo que blanda) crítica a este grupete de mierda que tenía a Ingrid Betancout cautiva. Felizmente no lo terminé y la liberación de esta pobre mujer fue noticia titular y me sentí feliz. Nunca me había sentido tan feliz por alguien a quien no conocía personalmente. Hasta lloré, recuerdo. Y es que cuando una es madre y lee esta tristísimo carta que ella le escribía a sus hijos se le parte en mil el corazón (valga el cliché).
Cuatro gatos son los que han leído mis escasas publicaciones. Eso sí...adorables gatos. (¿Falta de marketing?) No me preocupa pues mis objetivos no son precisamente romper el record del blog más visitado. Me quedo contenta con los pocos felinos que son más críticos y exigentes que miles de lectores juntos.
Entonces, gracias gatos y bienvenidos a los nuevos visitantes.
Good vibrations for everyone!!!!!!!!
Miau!
1 comentario:
Yeeeeee!!!! volviste!!! yo, como gata de tejado, vuelvo a tu blog :)
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