Vivo en Lima hace tres años o más, pero nací en Arequipa. Desde los 19 años y por mil motivos diferentes, me he mudado de Arequipa a Lima y viceversa como diez veces sin exagerar. De hecho extraño a mi familia, a mis amigos, a mi ciudad, pero me adapto sin sufrimientos.
Los arequipeños somos constantemente atacados por regionalistas, porque creemos ser superiores y nos excluimos del resto de peruanos, porque consideramos que Arequipa es la mejor ciudad del país, porque todos nos sabemos el himno mejor que el Padrenuestro, etc. Somos los protagonistas de ácidos chistes y comentarios como el del pasaporte, el ataúd con huequitos, el cóndor que mide menos, la nevada y me reviento las yemas de los dedos si continúo. En resumen, somos detestables. ¿Nos lo merecemos? Creo que algunos si y otros no, aunque ya estamos todos dentro del mismo saco. Yo me siento feliz y orgullosa de haber nacido en una ciudad bonita con nevados, campiñas y playas, pero no tolero los polos estampados con la estúpida frase “¿Peruano yo? ¡Arequipeño! “Ni los correos electrónicos que recibo en cadena de arequipeños fanáticos y con un pésimo sentido del humor que si merecen ser detestados. En cambio, recibí un correo de mi madre. El título era “Arequipa” y yo pensé “Otra vez el arequipeñismo al 100%”. Estaba por eliminarlo de mi buzón, pero algo me hizo abrirlo y encontré un link a un video en el Youtube que aquí comparto con ustedes y que me conmovió, no solo porque casi todos los chicos que salen en él son mis amigos, sino por la nostalgia, pero esa nostalgia que es rico sentir mezcladita con orgullo y unas ganas enormes de caminar otra vez por los lugares donde estos excelentes músicos nos muestran su talento, no con fines comerciales, sino únicamente por rendirle un homenaje a la ciudad donde viven y son felices.
Para ustedes…el regreso…
Los arequipeños somos constantemente atacados por regionalistas, porque creemos ser superiores y nos excluimos del resto de peruanos, porque consideramos que Arequipa es la mejor ciudad del país, porque todos nos sabemos el himno mejor que el Padrenuestro, etc. Somos los protagonistas de ácidos chistes y comentarios como el del pasaporte, el ataúd con huequitos, el cóndor que mide menos, la nevada y me reviento las yemas de los dedos si continúo. En resumen, somos detestables. ¿Nos lo merecemos? Creo que algunos si y otros no, aunque ya estamos todos dentro del mismo saco. Yo me siento feliz y orgullosa de haber nacido en una ciudad bonita con nevados, campiñas y playas, pero no tolero los polos estampados con la estúpida frase “¿Peruano yo? ¡Arequipeño! “Ni los correos electrónicos que recibo en cadena de arequipeños fanáticos y con un pésimo sentido del humor que si merecen ser detestados. En cambio, recibí un correo de mi madre. El título era “Arequipa” y yo pensé “Otra vez el arequipeñismo al 100%”. Estaba por eliminarlo de mi buzón, pero algo me hizo abrirlo y encontré un link a un video en el Youtube que aquí comparto con ustedes y que me conmovió, no solo porque casi todos los chicos que salen en él son mis amigos, sino por la nostalgia, pero esa nostalgia que es rico sentir mezcladita con orgullo y unas ganas enormes de caminar otra vez por los lugares donde estos excelentes músicos nos muestran su talento, no con fines comerciales, sino únicamente por rendirle un homenaje a la ciudad donde viven y son felices.
Para ustedes…el regreso…
1 comentario:
Quede maravillada con tus historias y la forma en la que escribes es maravillosa...me encanta no dejes de escribir aqui que tambien soy un pequeño gatito que lee tu blog y queda admirada..recuerda aquellos dias que compartia juergas y conversaciones en Arequipa contigo realmente inolvidables......
Publicar un comentario